Pedro explica que está bien que los cristianos coman con los no judíos, algo que nunca habrían hecho antes. Cada vez más no judíos empiezan a creer en Jesús, por lo que la iglesia cristiana envía a Bernabé para animarlos.
El hecho de que Dios hiciera posible la salvación para personas fuera de Israel rompió miles de años de tradición religiosa. En esta época, los judíos ni siquiera se relacionaban con los no judíos, que eran llamados gentiles. Se les consideraba el escalón más bajo de la sociedad, malditos por Dios y no aptos para interactuar con un pueblo santo. Sin embargo, Jesús deja claro que vino a salvar a todo el mundo, incluso a aquellos que en un momento dado parecían inalcanzables.
Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él
– Juan 3:16-17
Nadie está demasiado lejos
Cuando él llegó y vio las pruebas de la bendición de Dios, se llenó de alegría y alentó a los creyentes a que permanecieran fieles al Señor.
– Hechos 11:23
Los judíos no tenían ninguna razón para creer que los gentiles eran amados por Dios. Pero Hechos 11:23 dice que cuando Bernabé llegó a Antioquía vio a personas que habían sido cambiadas por la gracia de Dios. Dios estaba activo en Antioquía mucho antes de que Bernabé considerara hacer el viaje.
El poder salvador de Dios no está limitado por nuestro sentido de la moralidad. El currículum de Dios está lleno de asesinos convertidos: Moisés, David y Pablo. Nosotros también encajamos bien en esa lista. Fueron nuestros pecados los que crucificaron a Jesús.
Antes de que nos demos por vencidos, recordemos que Dios no se dio por vencido con nosotros. \”Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.\” (Romanos 5:8).
¿A quién conoces que parece estar demasiado lejos? Es hora de tenderles la mano.
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