Un día había invitado a unas amigas a dormir conmigo y dias después sucedió algo que marcó mi vida. Mi padre me preguntó por una camisa que estaba en su cuarto que le habían regalado, era de marca y no la había usado, yo no tenía idea que donde estaba.
Mi padre continuó buscando y como no la encontraba se enojó muchísimo y me culpó a mi, que quizás alguien de las personas que llevé a su casa se la había llevado. Me gritó muy fuerte y dijo cosas que lastimaron mi corazón, yo solo guarde silencio, porque no podía asegurar que mis amigas se la habían llevado.
Esa noche entré a mi cuarto llorando desconsolada y me puse a orar diciéndole a Dios todo lo que me dolía y que por favor sacara la verdad de quien se la había llevado, porque sino tenía que pagarle la camisa a mi padre y no tenia ese dinero.
Al pasar una semana mi padre viajó a ver a mi abuela y en uno de los cuartos encontró su camisa, mi hermano mayor que nos visitó en esa misma semana que habían ido mis amigas se la había llevado sin permiso.
Mi padre me llamó y me dijo bromeando, porque ya la había encontrado, cuando me pagas mi camisa? Y le contesté : Estoy orando para que aparezca y sé que así será. Luego me contó que estaba allá.
Busqué a Jehová, y él me oyó,Y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados,Y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias.
– Salmos 34:4-6
Cuando ponemos a Dios en situaciones como estas, donde el temor se apodera de nosotros y pareciera que seremos avergonzados, Dios saca la cara por nosotros.
Él quiere librarte de TODOS tus temores, pero nosotros tenemos que decidir BUSCARLO.
Me encanta que dice \”Fueron alumbrados\” porque muchas veces las adversidades nos mantienen opacados, en oscuridad lejos de la luz de Cristo, sin poder ver que hay una verdad que solo él nos puede revelar.
Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.
Marcos 4:22
Delante de los ojos de Dios, no hay nada oculto, deja que Dios te defienda, verás que su poder es mayor que el de aquellos que te acusan, lastiman tu corazón , se burlan de ti; no dejes que las tinieblas se introduzcan en tu corazón, ve a la presencia de Dios, porque él oirá tu clamor y te librará.
Dios te bendiga grandemente, no seras avergonzado.