Toda la semana hemos aprendido a cuidar nuestros VESTIDOS, sacar la basura que nos estorba en el corazón y vernos de la manera como Dios nos ve.

Un niño le decía a su padre:
-Papá, cuando crezca quiero ser como tú.

Este hijo ve en su padre un modelo a Seguir, que quizás en ese momento él no ve en su vida, pero quiere llegar a ser así.

¿A quién te quieres parecer?

Muchas veces decimos orando, Señor yo quiero que me cambies este carácter que ni yo mismo me soporto, quiero ser como tú.

Jesucristo vino a la tierra para ser nuestro modelo a seguir y él seguía el modelo de su padre, Dios. Si él está en nuestro corazón y pasamos tiempo con él, vamos a reflejar su carácter diariamente.

Mientras leía la lista de los vestidos que debemos reflejar en Colosenses 3, encontré una palabra \”Benignidad y Humildad.

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de BENIGNIDAD, de HUMILDAD de mansedumbre, de paciencia.
– Colosenses 3:12

Benignidad: suavidad, dulzura, apacibilidad, blandura. Deriva del latín benegnus compuesto por los vocablos bene que significa \” bueno\” y genus que indica \”nacido\” por lo tanto etimológica mente significa que es concebido o \”creado para el Bien\”.

Tú y yo fuimos creados con el ADN de nuestro padre celestial, por lo tanto, por medio de nuestro modelo perfecto Jesucristo podemos hacer el Bien, ser benignos, tiernos.

Humildad: Sencillez, obediencia. Es lo contrario a la soberbia, es reconocer tus habilidades y usarlos en beneficio de los demás, alguien digno de confianza, flexible y adaptable.

Muchos piensan que la humildad tiene que ver con una persona de condición pobre, pero es falso, se trata de un corazón sencillo, sin arrogancia.

Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros
– 2 Corintios 10:1

Aquí vemos como el Apóstol Pablo, que tenía un carácter antes de conocer a Cristo bastante prepotente y difícil, él, perseguía cristianos para matarlos, pero cuando se encontró con la Ternura de Jesucristo y se volvió un hombre humilde que ahora predicaba la palabra de Dios con valentía, amor y pasión porque su vida había sido transformada.

Quiero recordarte que Dios te ama, así como eres, con todos tus defectos; pero porque te ama, va a transformar tu corazón de tal manera que empezarás a parecerte a él, si lo buscas cada día y oras que haga su voluntad en tu vida, cree que así será.

Aunque hoy no lo veas, sigue buscando su presencia y el cambio empezará dentro de ti, hasta que todos notarán que te pareces a él.

Fuiste creado para hacer el bien, para vivir con su bondad, ternura y humildad.

Que tengas un grandioso día lleno de BENIGNIDAD y humildad.

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