Pedro y Juan explican su enseñanza a los líderes religiosos, que les dicen que dejen de hablar de Jesús. Los miembros de la iglesia oran por Pedro y Juan y comparten todo lo que tienen entre ellos.

Unos meses antes de los acontecimientos de Hechos 4, Pedro negó toda relación con Jesús y todos los discípulos se habían escondido (Juan 20:19).

Ahora, en lo que parece ser un absoluto desprecio por su seguridad personal, Pedro y Juan comienzan a hablar con valentía el nombre de Jesús y a enfrentarse a los que ordenaron la crucifixión de Jesús.

Estos pescadores sin educación se levantaron con confianza y dijeron la verdad a la élite religiosa, política e intelectual de su época. Este dramático cambio fue notado por los que escucharon: \”Los miembros del Concilio quedaron asombrados cuando vieron el valor de Pedro y de Juan, porque veían que eran hombres comunes sin ninguna preparación especial en las Escrituras. También los identificaron como hombres que habían estado con Jesús.\” (Hechos 4:13).

Para cualquiera que se sienta poco calificado, poco preparado o por encima de sus posibilidades, este capítulo ofrece esperanza. Dios siempre hará a través de ti más de lo esperado. No es la educación, la riqueza, la posición o la influencia política lo que nos hace competentes o calificados para hacer grandes cosas para Dios. Más bien, es el tiempo que pasamos con Jesús lo que nos prepara para sus propósitos.

Dedica tiempo a conectarte con Jesús cada día en lugar de preocuparte por la tarea que tienes por delante. Dios te preparará para todo lo que quiere hacer a través de ti, siempre y cuando lo busques.

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