¿Sabías qué el Espíritu Santo de Dios también te indica lo que debes hacer o no hacer?
Una tarde tomé el trapeador de mi casa para lavarlo en la tina, una de ellas estaba llena de agua y la otra estaba vacía; por lo general me gusta lavar el trapeador y torcerlo mientras cae el agua del grifo.
Tomé el trapeador y caí en una disyuntiva: ¿lavarlo como me gusta? o sumergirlo directamente a la tina que estaba llena de agua? Algo me decía que lo sumergiera directamente y no como me gustaba hacerlo, le hice caso a esa dirección y al sumergirlo, salió un tremendo alacrán😰. Sorprendida de esto, agradecí a Dios de inmediato por protegerme de una picadura venenosa del insecto.
Salmos 121: 7-8
¡El Señor te protegerá, de todo mal protegerá tu vida! El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre, y al Espíritu Santo que fue ese algo que me direccionó a tomar una buena decisión.
Mira, en nuestro diario vivir nos encontramos en muchas circunstancias donde debemos tomar decisiones siempre, pero ¿cómo saber qué dirección tomar?
Dios no solo nos ha dado su Palabra como una dirección, sino que además nos provee de dirección específica por medio del Espíritu Santo que viene a morar en nosotros al momento que aceptas a Cristo como tu Señor y Salvador.
El Espíritu Santo nos fue dado para guiarnos a toda verdad, para enseñarnos todo lo que habrá de venir, para todo tiempo, lugar, circunstancia, situación, problema…
Juan 16:16. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre\”.
Romanos 8:26
\”Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles\”.
Como una brújula, el Espíritu Santo nos dirige exactamente hacia lo correcto en cualquier decisión. Él jamás se equivoca.
Pudiéramos pensar: Si el Espíritu Santo está viviendo en mí, y nunca se equivoca, ¿por qué sigo cometiendo errores? Su dirección es siempre correcta, pero nuestra percepción no siempre es clara.
Someterse al Señor es un requisito esencial para recibir su dirección que estará alineada siempre con la Palabra de Dios y trae gloria a Cristo, porque no podemos tolerar el pecado y seguir nuestro propio camino, y esperar recibir su dirección.
Necesitamos al Espíritu Santo en nuestras vidas, pidámosle que nos llene e inunde nuestra alma en su presencia.
Dios te bendiga.
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