En los tiempos en que Moisés lideraba el pueblo de Israel, luego de que Dios los sacara de la esclavitud que los tenía Egipto, pasaron diferentes situaciones para poder llegar a la tierra prometida; esas situaciones incluyeron en gran parte tener que pelear con otros pueblos para que los dejaran pasar por ese territorio, creo que era algo como es ahora que para poder llegar a ciertos países por avión hay que hacer transbordo en otro lado; bueno, imagínate que para trasladarte hacia China debas hacer transbordo en Europa y que no te dejen pasar por ahí🥵…definitivamente hay que pelear 🥵
El capítulo 22 de Números detalla que el pueblo de Israel en su travesía, luego de derrotar a otro pueblo Sehón, acamparon en Moab, y que el Rey de esa región por saber las victorias que ya había tenido Israel con otros pueblos tuvo temor y se quiso adelantar buscando un profeta que maldijera a Israel para el estar tranquilo….
“El rey de Moab dijo a los ancianos de Madián: «¡Esta muchedumbre devorará todo lo que esté a la vista, como un buey devora el pasto en el campo!». Entonces Balac, rey de Moab, envió mensajeros para llamar a Balaam, hijo de Beor, que vivía en Petor, su tierra natal, cerca del río Éufrates. Su mensaje decía: «Mira, una inmensa multitud que cubre la faz de la tierra ha llegado de Egipto y me amenaza. Ven, por favor, maldíceme a este pueblo, porque es demasiado poderoso para mí. De esa manera quizás yo pueda conquistarlos y expulsarlos de la tierra. Yo sé que sobre el pueblo que tú bendices, caen bendiciones y al pueblo que tú maldices, le caen maldiciones».” – Números 22:4-6 NTV
Me sorprende la prontitud con la que ese rey hizo conclusiones, ni siquiera intentó conversar con el líder de aquel pueblo para llegar a un acuerdo y que el pueblo pasara o se quedara, o buscar alternativas de solución, no un conflicto de antemano…
Analizándolo, muchas veces así actuamos, estamos con tal pánico constante, predispuestos, que no podemos analizar primero la situación para luego establecer una acción; lo bueno de esto es que Dios está con nosotros y para nosotros….
Mira, El profeta que envío el rey a buscar se llamaba Balaam, la Biblia describe que 2 veces lo mando a buscar y en ambas su respuesta fue “Os daré respuesta según Jehová me hablaré” Números 22:8 /22:19
Luego de eso, Dios responde: “listo ve pero sólo harás lo que te diga” (Números 22:20),
En 3 ocasiones, el rey Balac intentó que el profeta Balaam maldijera a Israel, pero Dios cambiaba las palabras del profeta y sus palabras sólo eran de bendición, este acto es hermoso, pero me detengo en este punto; recordar que Dios está conmigo y para mí, lo digo en singular para que cuando leas esto sepas que es tuya esta bendición; Dios está conmigo y para mi…
El rey Balac, se predispuso (sin conocer lo que podría ocurrir), en maldecir al pueblo y Dios cambió todo, en el último intento del rey, yo me imagino a Dios, mirando con tanta ternura a Israel que de su corazón no podía producir más que amor, esto es como un poema:
“¡Qué hermosas son tus carpas, oh Jacob; qué bellos son tus hogares, oh Israel! Se extienden ante mí como arboledas de palmeras, como jardines por la ribera. Son como altos árboles plantados por el Señor, como cedros junto a las aguas. Agua fluirá de sus cántaros; su descendencia tendrá toda la que necesite. Su rey será más grande que Agag; su reino será exaltado. Dios los sacó de Egipto; para ellos él es tan fuerte como un buey salvaje. Él devora a las naciones que se le oponen, quiebra sus huesos en pedazos y las atraviesa con flechas. Como un león, Israel se agazapa y se tiende; como a una leona, ¿quién se atreve a despertarla? Bendito todo el que te bendice, oh Israel, y maldito todo el que te maldice».”
– Números 24:5-9 NTV
Esta experiencia plasmada aquí, sigue vigente, para Dios sigue vigente el bendecirnos, para Dios sigue vigente el cambiar cualquier situación a nuestro favor, siempre dependerá de nosotros lo que él pueda hacer, así que ten presente, Dios está conmigo y para mí, así como estuvo con y para Israel…♥️
Te invito a que leas Números del capítulo 22 al 24.
Hablemos con Él:
“Dios abre mis ojos para verte, entra en mi corazón para sentirte, abre mi mente para comprender que estás conmigo y para mí; en el nombre de Jesús, amén ♥️
Dios está conmigo y para mí.
LA
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