Pues los celo, con el celo de Dios mismo. Los prometí como una novia pura a su único esposo: Cristo. Pero temo que, de alguna manera, su pura y completa devoción a Cristo se corrompa, tal como Eva fue engañada por la astucia de la serpiente. – 2 Corintios 11:2-3

La Biblia contiene muchos ejemplos de advertencia, de personas que establecieron prioridades equivocadas. Esto debería hacer reflexionar a todo creyente; tómese un momento para considerar la importancia de llevar cautivos los pensamientos y deseos equivocados que podrían alejarle de la “sincera fidelidad a Cristo” (2 Corintios 11:3).

Para bien o para mal, solemos establecer prioridades de alguna de estas tres maneras: evaluando los asuntos que son más importantes para nosotros; dejando que las personas o las circunstancias influyan en lo que valoramos; o adoptando hábitos y mentalidades que se convierten en un estilo de vida. Pero no importa cómo determinemos las prioridades, ellas serán las incorrectas si no tenemos en cuenta cómo quiere Dios que vivamos, y qué es lo más importante para Él.

Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. – Romanos 12:2 TLA

Para permanecer firmes en Cristo, debemos saber establecer nuestras prioridades, o perderemos el objetivo. Lo más importante para el Señor debe ocupar su lugar antes de que las circunstancias, nuestros deseos u otras personas nos tienten a vacilar.

Ya que la devoción a Cristo es de suma importancia, debemos establecer metas de acuerdo con la Palabra de Dios. Mantener a Cristo en primer lugar hace que sea más difícil que otros intereses y placeres nos distraigan.

Bendiciones

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