Quedarse sin fuerzas es algo que pasa constantemente en la vida, porque cansa enfrentar problema tras problema. Nos absorben las preocupaciones y es muy necesario descansar físicamente y también en los brazos de Dios.
El Señor es el que nos renueva de forma increíble, nos da la fuerza que necesitamos para continuar.
Muchas veces pasamos por alto cómo obra Dios en nuestra vida, de que su amor también nos da a fuerza que necesitamos.
Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles. – Isaías 40:29 (NTV)
Su fuerza es tu fuerza
Dios es nuestro Padre, es Todopoderoso, si recordamos algunos de sus atributos cuando estamos en apuros, podemos descansar, porque ese ser Supremo y Magnífico es nuestro Protector.
En cualquier circunstancia, sea grande o pequeña acudamos confiadamente ante su presencia por medio de la oración. Contémosle cómo estamos y qué necesitamos, y de seguro, según su buena voluntad, tendremos respuesta oportuna.
Busquemos a Dios sin desmayar, porque Él ha prometido en su Palabra que nos renovará y tenemos la seguridad de que en su presencia hallaremos la fortaleza que necesitamos a diario.
Te amo, Señor; tú eres mi fuerza. El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi salvador; mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección. Él es mi escudo, el poder que me salva y mi lugar seguro.
– Salmo 18:1-2 (NTV)
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