Mientras Jesús seguía camino a Jerusalén, llegó a la frontera entre Galilea y Samaria. Al entrar en una aldea, diez hombres con lepra se quedaron a la distancia, gritando: —¡Jesús! ¡Maestro! ¡Ten compasión de nosotros! Jesús los miró y dijo: —Vayan y preséntense a los sacerdotes. Y, mientras ellos iban, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, cuando vio que estaba sano, volvió a Jesús, y exclamó: «¡Alaben a Dios!». Y cayó al suelo, a los pies de Jesús, y le agradeció por lo que había hecho. Ese hombre era samaritano. Jesús preguntó: «¿No sané a diez hombres? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Ninguno volvió para darle gloria a Dios excepto este extranjero?».
Lucas 17:11-18 NTV
En esta historia podemos ver a 10 personas con la misma necesidad, ser sanados, así cómo también en nuestras vidas todos tenemos alguna necesidad o petición que nos gustaría que Jesús resolviera.
Creo firmemente que para Dios no hay nada imposible y esa fe era la que mantenía a estos 10 leprosos buscando su sanidad.
¿Porqué seguían a Jesús? Porque querían ser sanados físicamente y la pregunta ahora es ¿Porqué sigues a Jesús hoy? Creo que debemos hacer una pausa y hacernos esa pregunta para ajustar nuestras prioridades.
Lo bueno es que Dios nos ama a Todos y quiere un futuro glorioso para cada uno.
¿Cuál era la diferencia entre los 9 leprosos y el último que regreso a darle las gracias ?
El último estaba tan conmovido de ver que Jesús lo había sanado que tomó la decisión final de ir más allá y no sólo querer uj milagro sino también querer a Jesús.
Y Jesús le dijo al hombre: «Levántate y sigue tu camino. Tu fe te ha sanado».
Lucas 17:19 NTV
Un encuentro cercano con Jesús puede provocar una bendición mayor.
Ser agradecidos nos abrirá las puertas para una sanidad mayor.
Dios te bendiga.
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