Cuando me case tomé la decisión de mudarme junto con mi esposo a su país Costa Rica, eso significaría empezar una nueva vida, dejar muchas cosas atrás en mi país y empezar una nueva aventura.
En la vida de los hijos de Dios pasan cosas similares, cuando venimos a los pies de Cristo estamos dejando atrás el mundo, sus deseos pecaminosos para entrar a la nueva vida que Dios tiene para nosotros.
Para poder entrar a la nueva vida que Dios tiene para nosotros tenemos que confiar en que los planes de Dios para nuestra vida son mejores que los nuestros.
Renunciar a todo aquello que nos aleja de Dios y abrazar todo lo que nos acercar a él, es amar a Dios con todo el corazón.
En el libro de colosenses se nos da un valioso consejo para aquellos que hemos decidido seguir a Jesús y vivir una nueva vida con Cristo.
Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios.
Colosenses 3:1 NTV
Ya no estamos solos, ahora tenemos una vida nueva, pero una vida con Cristo y eso es suficiente para ser feliz.
El gran consejo para estar en este camino de Fe es mirarlo a él siempre, cada mañana, cada día, cada mes, cada año, poner nuestra mirada en Dios, enfocarnos en el cielo, en las verdades de la palabra de Dios.
¿Porque debo mirar las cosas de arriba?
Porque no pertenecemos a este mundo, un día todo se acabará y volveremos a casa, a la casa de nuestro padre celestial.
Si nos quedamos mirando lo que ocurre en el mundo, nos van a absorber sus ideologías, nos confundirá y nos alejará de nuestro verdadero hogar el cielo.
Recuerda: No pertenecemos al mundo, pertenecemos al Reino de los cielos, estamos sentados juntamente con Cristo en lugares celestiales.
Disfruta de esta nueva vida en Cristo, él es quién lo llena todo en nosotros.
Oración: Señor, ayúdame a mirar las cosas del cielo y no aferrarme a las ideologías de la tierra. Enfocame en tú reino, en guardar tus palabras y ponerlas en práctica cada día, en el nombre de Jesús, amén.
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Dios te bendiga grandemente.
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