La vida para nosotros los cristianos en este mundo no es fácil, porque somos extranjeros y peregrinos en esta tierra. Por lo tanto, no pertenecemos a este mundo, y como cualquier extraño sufriremos y recibiremos críticas por nuestra fe.
Probablemente en este momento todo te sale mal y no encuentras una salida. Las cosas empeoran y piensas rendirte. Solo recuerda a nuestro Señor Jesucristo quien también estuvo en este mundo y pasó peores sufrimientos que nosotros. Sin embargo, encontró descanso y protección.
Dónde encontrar un lugar de descanso
A Jesús trataron de matarlo, algunos se burlaron de Él y lo criticaron por su fe. Otros lo traicionaron y aun así continuó su ministerio porque siempre encontraba descanso y protección en su Padre. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.
Al igual que Jesús, nosotros también podemos encontrar descanso y protección en Dios. Solo necesitamos acercarnos a Él y pedirle que nos refugie. Así como una gallina cubre a sus polluelos bajo sus alas ante la amenaza de una tormenta o un animal mortífero, de la misma manera Dios nos protegerá, esconderá y dará refugio.
¡Qué precioso es tu amor inagotable, oh Dios! Todos los seres humanos encuentran refugio a la sombra de tus alas. – Salmos 36:7 NTV
Nuestro hogar está en otro lugar
Te animo a que te regocijes con esta buena noticia. Mientras estés en un mundo al cual no perteneces, el sufrimiento y el dolor te acompañarán, pero podrás encontrar descanso y protección en Dios para seguir adelante.
Pronto llegará el día en que retornaremos a nuestro hogar. Mientras tanto, sigue firme en la fe y continúa con el llamado que tienes. Recuerda que no falta mucho para volver a nuestra patria celestial.
En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que él regrese como nuestro Salvador. Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá todas las cosas bajo su dominio.Filipenses 3:20-21 (NTV).
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