¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!
«¿Quién ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero?»
«¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?»
Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él.
¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
Romanos 11:33-36
Imagínese en una playa de arena blanca, hundido hasta los tobillos en aguas cristalinas del océano azul con una cucharadita en la mano. Ahora llene la cucharadita con el agua. Mire la cantidad finita de agua en la cucharadita pero ahora mira el espacio infinito que es el océano.
La diferencia entre el agua en la cucharadita y el agua en el océano se acerca lo más que podemos a comprender quiénes somos en comparación con quién es Dios, lo que sabemos en comparación con lo que Dios sabe, lo que podemos hacer en comparación con lo que Él puede hacer.
El entendimiento de Dios es infinito. Nada le ha sorprendido ni se le ha ocurrido jamás a Dios. La solución a nuestro problema existe incluso antes de que tengamos el problema. Dios conoce todo lo pasado, presente y futuro. La profundidad de Su poder y sus recursos no se pueden medir, ni tampoco la profundidad de Su amor, que nos fue revelado a través de la muerte y resurrección de Jesús.
Por quién es y lo que hace, Pablo alaba a Dios.
Juan se maravilla en 1 Juan 3: 1, \”Miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios.\”
El Dios que
no necesita nada,
nos quiere.
El Dios que no necesita nada nos quiere.
Es justo que nosotros también lo alabemos.
Por vastos que sean los océanos, todavía tienen fronteras.
Dios no está definido ni confinado por fronteras. Cuando estamos conectados con Él a través de Jesús, tampoco hay limitaciones para lo que es posible en nuestras vidas.
Te invito a que hoy analices lo siguiente:
- ¿Cómo cambiaría tu vida espiritual si dejaras de tratar de definir a Dios y aprenderas a admirarlo?
- ¿Qué cambio causaría esto en tus actitudes? ¿Tus oraciones? ¿Tus acciones?
Bendiciones!
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