La decisión de Rut fue leal y firme. Ella no faltó a su decisión aún después de haber muerto su marido ni ninguno de los otros miembros de su familia. La misma esperanza que habían tenido su suegra y los difuntos era la esperanza que ella había escogido tener.
En vez de adoptar una actitud de rebeldía, cuando aceptamos una determinada situación de la manera en que Noemí lo hizo, estamos colocándonos en las manos de Dios para que Él nos coloque nuevamente en la senda de sus planes y propósitos para nosotros.
Lo mejor de todo es que Él ya emprendió el viaje por encontrarse con nosotros. ¡La espera nos enseña a valorar! ¡Él es un tesoro!
Pues crecemos estudiando la Palabra de Dios, pasando tiempo en su Presencia. No existe crecimiento aparte la Palabra de Dios. No existe crecimiento aparte de la Presencia de Dios.
Dios hace un llamado a los padres a hablar, reiteradamente, a los hijos de las palabras y obras de Dios para que estos se preparen en el camino por el que deben andar. Dios es un Dios de generaciones.
Su dependencia del pastor la hace ser obediente, atenta a la voz y a la dirección de este. No obedece la voz de cualquier pastor, sino que atiende sólo a la del suyo.
Guiando esto al grado de confianza tan sublime por sus dichos, por sus consejos, por sus correcciones.