Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él. – Colosenses 3:17

¿Alguna vez ha sentido que se le da por sentado? Si es así, no estás solo.

Cuando no recibimos el agradecimiento que creemos merecer, nos enfadamos. El desagradecimiento aparece rápidamente y es fácil de justificar.

\”Realmente, una nota de agradecimiento no es mucho pedir\”.
\”He hecho todo ese trabajo y es como si no se hubiera dado cuenta\”.

¿Te suena familiar? Pablo, el escritor de Colosenses, sabe lo que es sentir que tu buen trabajo pasa desapercibido.

Pablo viajó por el Mediterráneo predicando sobre Jesús y fundando iglesias por el camino. Algunos vieron la fidelidad de Pablo como un regalo y se desbordaron de agradecimiento. Otros cuestionaron los motivos de Pablo y dudaron de sus enseñanzas tras su marcha.

Ahora yo, Pablo, les ruego con la ternura y bondad de Cristo, aunque me doy cuenta de que piensan que soy tímido en persona y valiente solo cuando escribo desde lejos. Pues bien, les suplico ahora, para que cuando vaya, no tenga que ser atrevido con los que piensan que actuamos con intenciones humanas. – 2 Corintios 10:1-2 NTV

En Colosenses 1, el apóstol Pablo nos da una idea de cómo cambiar nuestro corazón hacia las personas que nos rodean. Oramos.

El Mensaje en Colosenses 1:3 dice de esta manera: \” Siempre oramos por ustedes y le damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo\”

Pablo oraba constantemente por las personas que Dios ponía en su camino, y mientras oraba, su corazón se alineaba con el corazón de Dios por su pueblo.

La ingratitud se cuela en nuestras vidas de muchas maneras. Ocurre cuando comparamos nuestras vidas con las de otros, cuando nos negamos a pasar por alto una ofensa, cuando estamos demasiado ocupados para ver a Dios trabajando a nuestro alrededor.

Pero mientras oramos, el Espíritu Santo nos recuerda todo lo que tenemos y el agradecimiento se desborda. Jesús susurra suavemente: \”Muestra la misma gracia que yo te he mostrado\”, y el agradecimiento se desborda. Mientras oramos, nos vemos obligados a reducir la velocidad y hacer un balance de lo que hemos visto, sentido y experimentado. Y el agradecimiento se desborda.

Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón.
Colosenses 3:16

 

Author


0 Comments

Leave a Reply

Avatar placeholder

Your email address will not be published. Required fields are marked *