¿Cuando fue la última ves que estuviste a los pies de Jesús?
Jesús siguió su camino y llegó a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo hospedó. Marta tenía una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que él decía. Pero Marta, que estaba atareada con sus muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo: —Señor, ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude. Pero Jesús le contestó: —Marta, Marta, estás preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, pero solo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar.
– Lucas 10:38-42 DHH94I
Esta es una historia muy conocida por todos, las 2 hermanas de lázaro, ellas eran muy amigas de Jesús y Jesús tenía algo muy importante que enseñarles.
Hay 2 tipos de actitudes:
- Distraídos en muchas cosas
- Sentados a los pies de Jesús
Marta, estaba afanada sirviendo pero se le olvidó lo que era más importante, Jesús.
A veces actuamos cómo marta, estamos llenos de actividades, preocupados para que todo salga bien, pero perdemos la fuente principal para quién lo hacemos.
Esto no significa que debemos dejar nuestras responsabilidades descuidadas, sino que es importante que ordenemos nuestras prioridades.
Jesús es lo más importante en nuestras vidas antes que cualquier cosa en este mundo.
María, la hermana de Marta sabía que era su oportunidad de escuchar a Jesús, de contemplarlo, de mirarlo a los ojos y oír su dulce voz.
¿Cuando fue la última vez que contemplaste estar en la presencia de Dios sin apuros?
Sentarse a los pies de Jesús es reconocer que él es lo primero en nuestras vidas.
Sentarse a los pies de Jesús es alejarnos de aquello que nos distrae.
Sentarse a los pies de Jesús es enamorarse del que ama nuestras almas.
Pero solo una cosa es necesaria. María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar.
– Lucas 10:42 DHH94I
Es necesario estar a los pies de Jesús y escuchar lo que tiene que decirnos.
No dejes que “la prisa” “la lista de la agenda” te alejen de aquel que es necesario, Jesús.
Dedica tiempo para leer la palabra de Dios, adorar al Señor y entregarle tus preocupaciones en sus manos para que te dé dirección y sabiduría.
Dios te bendiga.
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